Los nuevos modos de vida han hecho que la gente apueste por el confort y la ubicación de las viviendas, optando por zonas con mucho verde y en contacto con la naturaleza.
Es indudable que la crisis sanitaria ha modificado nuestro modo de vida en los últimos meses con cambios que, en muchos casos, han llegado para quedarse. Uno de ellos afecta sin duda a la vivienda. El confinamiento ha dejado en evidencia que muchas personas no viven donde desean. El tiempo pasado en casa ha hecho que muchas personas valoren especialmente características como la luminosidad y el diseño, o que sus residencias cuenten con terraza o con piscina.
A esto se suma las posibilidades que ofrece el teletrabajo, cada vez más asentado, que ha modificado el núcleo de la actividad cotidiana liberando a la gente de tener que estar cerca del trabajo, y facilitando vivir en entornos más interesantes.
Sin embargo, no todas las zonas cuentan con los mismos atractivos ni ofrecen igual calidad de vida. La clave es escoger bien la ubicación y el entorno para que el binomio vida personal y trabajo convivan en la más perfecta armonía.